Ica, una joya del sur peruano, es el destino perfecto para aquellos que buscan una combinación de aventura, naturaleza y cultura. Ya sea que viajes en familia, con amigos o en solitario, la región ofrece una variedad de actividades que no solo te sorprenderán, sino que también harán de tu visita una experiencia inolvidable. En esta guía te contaré cómo recorrer ocho de los principales atractivos de Ica en solo tres días, partiendo desde Lima, con un presupuesto ajustado de 486 soles.
Si inicias tu viaje desde Lima, lo mejor es madrugar. Nosotros salimos antes del amanecer para llegar a Paracas a tiempo para el tour de las Islas Ballestas, que comienza puntualmente a las 8 de la mañana. Estas islas, conocidas por su fauna impresionante, te permiten ver desde pingüinos hasta leones marinos, todo mientras navegas por sus aguas cristalinas. El tour, que dura unas tres horas, ofrece una experiencia única para los amantes de la naturaleza.
Después del recorrido, tendrás tiempo para disfrutar del pequeño puerto de Paracas, donde puedes probar algunos bocadillos locales o simplemente disfrutar del paisaje.
Por la tarde, tomamos otro tour que nos llevó a conocer dos de las playas más hermosas de la región: la Playa Roja y la Playa La Mina. La Playa Roja, con su característico color, es ideal para capturar fotos espectaculares, mientras que en la Playa La Mina, puedes relajarte y disfrutar de la tranquilidad del entorno.
Nosotros optamos por tomar un transporte local (una mototaxi) que nos llevó del cruce de Paracas hasta Ica, lo que no solo fue económico, sino también parte de la aventura. Llegamos a Ica al anochecer y nos hospedamos en un hotel sencillo pero cómodo, por solo 30 soles la noche, a una cuadra del terminal y cerca de la Plaza de Armas.
El segundo día comenzó con una emocionante excursión al Cañón de los Perdidos, un lugar que parece sacado de una película. Las formaciones geológicas de este cañón son impresionantes, y recorrerlo te hace sentir pequeño frente a la majestuosidad de la naturaleza. Aquí, caminamos por senderos que serpentean entre las paredes del cañón, y aunque el tour puede parecer un poco largo, cada paso vale la pena.
Lo mejor de todo es que el tour incluye un guía local que te cuenta sobre la historia y la formación de este lugar tan especial.
Tras el tour y un merecido almuerzo en Ica, nos dirigimos a la Laguna Huacachina, un oasis rodeado de palmeras y enormes dunas de arena. Aquí, puedes experimentar la adrenalina al máximo con un paseo en tubular (buggies) y practicar sandboarding. La sensación de deslizarte por las dunas es indescriptible, ¡es algo que definitivamente tienes que probar!
La Huacachina no solo es para los aventureros. Si prefieres algo más relajado, puedes dar un paseo tranquilo alrededor de la laguna y disfrutar del atardecer, que tiñe las dunas de un dorado espectacular.
El tercer día comenzó temprano. Para visitar el mirador de las Líneas de Nazca, salimos desde Ica a las 6 de la mañana. Desde este mirador puedes ver varias de las famosas figuras que han fascinado a viajeros y arqueólogos durante siglos. Aunque la vista desde el mirador es más limitada que sobrevolarlas, es una excelente opción si estás ajustado de tiempo o presupuesto.
Nosotros logramos disfrutar de las líneas antes del mediodía, y después de una comida ligera, nos dirigimos al siguiente destino.
Por la tarde, antes de regresar a Lima, visitamos la Laguna Morón, un lugar menos conocido pero absolutamente hermoso. Esta laguna es perfecta si buscas algo más tranquilo y lejos del bullicio turístico. El agua es cristalina y está rodeada de dunas, lo que la convierte en un lugar idílico para relajarse después de varios días de actividad.
Una de las mejores partes de este viaje fue poder disfrutar de todas estas maravillas naturales con un presupuesto ajustado. Si bien Ica tiene opciones para todos los bolsillos, te cuento cómo logramos hacer todo este recorrido por solo 486 soles en tres días. Aquí está el desglose aproximado:
Este es un ejemplo de cómo puedes disfrutar de todo lo que Ica tiene para ofrecer sin gastar demasiado, aprovechando los tours locales y el transporte público.
